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Ken Rockwell analiza el micrófono Sennheiser Wireless Lavalier

¡¡¡ Que maravilla !!!

Bueno, el asunto tiene el interés que tiene, pero a mi me va a venir de perlas para «denunciar» la manía que tienen todas las televisiones de poner picomicrófonos inalámbricos a la altura de «las tetas» de todos los locutores, tertulianos y demás fauna televisiva.

Los que estamos al borde del «sonotone» como yo (otra de mis goteras crónicas) tenemos verdaderas dificultades para entender lo que cuentan por la tele y eso es por la ausencia de agudos en el espectro auditivo del sonido emitido.

Fijaros en la diferencia en contenido de agudos de cuando Ken lleva el micrófono colgado en la solapa a cuando lo coge con la mano y habla más o menos delante de la boca. En el primer caso el sonido es «opaco» y en el segundo es «nítido y brillante». Una persona normal apenas lo nota, pero las personas como yo lo notamos y mucho, y ello marca la diferencia entre sufrir escuchando o estar la mar de tranquilo y entenderlo todo. Reforzar los agudos mediante un ecualizador no es lo mismo, os lo prometo.

Por todo ello reivindico los antiestéticos pepinos mastodónticos que otrora tapaban a medio locutor pero que permitían que se entendiera absolutamente todo. Hala, he dicho.

adolfo

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