La última DSLR de Nikon, seguro.
Sin duda pensando en las pingues ganancias con las que el Sr.Nikon va a engrosar su cuenta de resultados con los JJOO de Tokio 2020 para los que falta justo algo menos de un año, es por lo que se ha decidido a presentar la que sin duda ninguna será su última DSLR Pro que naturalmente se llamará Nikon D6.
Todo lo que aún no se sabe de ella lo sabréis mirando aquí:
Y de todo lo que aún no sabemos nos enteraremos el próximo miércoles, que es cuando las lenguas de doble filo dicen que será presentada en sociedad.
To be continued ………………………………….
Nota tonta, pero para reflexionar:
Si la F6 fue la última SLR Pro de película de Nikon y la D6 va a ser la última DSLR Pro digital de Nikon, responda el agudo lector a estas tres preguntas tontas.
- ¿ Hay algo entre el nº 6 y el Sr.Nikon que no sepamos ?
- ¿ Cual va a ser la última «mirrorless» de Nikon ? El nº Z6 ya está cogido. Que mala pata, ¿ no ? ¿ Lo habrán pensado bien ?
- ¿ Que le va a poner a la D6 para que cientos de miles de millones de Pros tiren su D5 por la ventana ?
Yo no tengo una bola de cristal, pero de lo que sí estoy convencido es que NO supondrá una Ruptura Total de las DSRL (con espejo) respecto a las Mirrorless (sin espejo), como sí lo fue las SRL (de película química) respecto a las DSRL (digitales) por ser dos cosas muy diferentes. Ahora sí seguirá perdurando lo Digital en ambos sistemas (con espejo y sin espejo), por lo que el Exterminio TOTAL de las DSRL (con espejo) está en duda o en el aire.
Y aún a día de hoy todavía se utiliza muy, muy en minoría las de película química. Yo me llevé más de una sorpresa en 2015-2016 cuando he llegado a un Laboratorio y se han presentado jóvenes con carretes para revelar; al quedar sorprendido le pregunté al empleado del Laboratorio y me dijo que cada día lo utilizaban más los jóvenes.
Y otro caso que se me ha dado es que un hijo mío estuvo todo el verano de 2018 en EE.UU. y por la cámara del Iphone le estuve explicando a un compañero suyo cómo tenía que poner la lengüeta del carrete con su cámara que la tenía en mano, todo retransmitido en directo por WhatsApp o por no sé qué programita de TV, o sea, viéndonos mutuamente aquí en España y allí en EE.UU. Al final conseguí que el muchacho lo hiciera correctamente, quedó contento y agradecido. ¡Y eso que hace décadas que no pongo un carrete a una cámara!, pero todavía me acuerdo.