Un mozuelo de sonrosadas mejillas, sin duda confinado en su casa por ser sospechoso de ser amigo de alguien que vio por la tele a una persona en aislamiento voluntario por tener un familiar en el norte de Italia, se entretiene haciendo un experimento propio del Profesor Franz de Copenhague y nos lo cuenta orgulloso en un largometraje de 10 minutos.
Fotodiox dixit.
Nota tonta: por razones evidentes el invento solo vale para naturalezas muestras o naturalezas vivas pero con mucha paciencia.