Pues que queréis que os diga. A mi, como paisajista mediocre que soy, no me importaría nada ir a probar mi nuevo y flamante EF 24-70F2,8-4L IS USM ADB por esos parajes, bien abrigadito, eso si, con anorak, bufanda y gorro.
Es un paisaje triste, por lo que supone el cambio climático, pero también inmenso y sobrecogedor. Es mágico, sobre todo con la luz de determinadas horas.
Como decía un amigo mío también sabio, no el de “no preguntes por saber …….”, sino otro: no somos nada, y menos en calzoncillos.
Hala, para que disfrutéis unos minutos: lo podéis ver hasta en 4K
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