Creo que nunca os he hablado del “cambio de cabeza”. Es una vana ilusión mía desde que era joven. Soy consciente de mis limitaciones y si hablamos de coeficiente de inteligencia no me equivoco si me auto sitúo en la parte más baja de la curva de Gauss que representa la distribución en nuestra especie.
Me quedo asombrado cuando veo o leo algún artículo divulgativo sobre logros científicos o creativos, entiendo más bien poco, y siempre pienso que estaría muy bien que los investigadores pudieran prestarme por un rato su cabeza para poder yo ver y entender el mundo con sus conocimientos y punto de vista.
¿ No os gustaría ver el mundo (por un ratito) con la cabeza de un investigador en mecánica cuántica, en espacio profundo, en biología molecular, en inteligencia artificial, no os gustaría escuchar música con la cabeza de Bach, Beethoven, o Tchaikovsky, no se, cosas así ……..? Ostras, a mi si, y hasta pagaría media Pensión por ello. Creo que sería maravilloso.
Bueno, pues a este tipo de cosas pertenece este breve artículo puramente divulgativo pero apasionante: hoy va de agujeros negros.
Dos peliculitas darán buena cuenta de él:
Y si queréis extenderos un poquito, aquí hay algo más.
Reflexión tonta: ¿hay animales listos y animales tontos dentro de una misma especie?, ¿es un elefante o un ratoncillo mucho más tonto o mucho más listo que otro? No tengo la respuesta, me imagino que sí, pero desde luego la dispersión no es tan grande como en la especie humana. En el homo sapiens hay personas que hacen honor a ese nombre, sin embargo hay otras que ……….., y sin embargo todas votan. Que cosas, ¿no?
Si, que cosas.