– el metro virtual –
Aunque un artilugio de semejante categoría más bien se adapta a la bolsa de un ayudante de francotirador de élite, y aunque el Sr.Nikon asegura que lo ha diseñado pensando en los “golfos”, perdón, quería decir «golfistas», creo que también puede tener su aplicación para nosotros, sobre todo para los videógrafos.
En efecto, imaginemos por un momento el siguiente escenario:
Vamos por ahí, por nuestras queridas montañas, cual malogrado Rodríguez de la Fuente armados con una Canon EOS-R5 y una nevera llena de cubitos de hielo dispuestos a inmortalizar las andanzas de un cervatillo en 8K. Naturalmente en la cámara llevamos montado un 800mmT1.0 manual de T7TArtisans específico para cine con un picométrico anillo de enfoque graduado en milímetros.
Agazapados tras una mata vemos con nuestros carísimos binoculares Swarovski Optik un tierno cervatillo lontananza. ¿A qué distancia está para poder ajustar el foco justo en la pupila desenfocando las pestañas?
No es un cervatillo, son un par de marmotas. Son más simpáticas y menos huidizas. Además, la foto es mía. Estamos en mis queridas montañas cuando probaba el EF 70-200F4 L IS.
Pues nada más fácil, sacamos de la bolsa la nikonera criatura, apuntamos con precisión y lanzamos un incruento rayo laser sobre el bichito. El aparato nos dice que el cervatillo se encuentra a 756,2m. Ajustamos el tornillo sin fin del objetivo, le damos al botón grabar, e inmortalizamos con un foco rabioso las andanzas del cervatillo arrasando con toda la hierba y bayas que haya a su alrededor.
¿Veis como el aparato tiene su utilidad?
Enloquecidos por llevarlo en la bolsa, razón en:
Nota tonta: estaba yo en una pista de montaña y dejé el coche en un ensanchamiento de la misma. Era temporada baja y no había nadie a kilómetros a la redonda. Pues bien, pasó la benemérita y me puso una multa por aparcar allí.
