Con las cámaras digitales modernas con su histograma casi en 3D es lógico que a un aparato así se le mire con cierto desdén. Otra cosa es si sacamos de dentro del armario la cámara del abuelo, si, esa a la que nunca se le acababa la batería porque simplemente no tenía ninguna, ni siquiera la del fotómetro.
Con esa idea, y seguramente también con la de hacerse trillonario, un ingeniero en mecatrónica (mechatronics engineer, ¿alguien sabe lo que es eso?) alemán que se llama Johannes Heberlein ha presentado un proyecto Kickstarter que es un simple fotómetro que se puede acoplar a la zapata de flash de las cámaras y que se llama Lime One . El medidor ha sido diseñado para que sea muy fácil de usar e incluso actualiza sus lecturas en tiempo real.
Y con la transcendental pregunta de por qué este señor no ha ido a la tienda como todos a comprarse un Gossen o un Sekonic, que tampoco son tan caros: Gossen Walimex Pro Sixtomat F2 = 189 €, os dejo con toda la parafernalia asociada para que sepáis tanto como yo.