No suele ocurrir, pero nuestro supergurú supernikonista transmutado en los últimos tiempos en filósofo y metafísico confiesa que la actitud de los fabricantes lo confunde más que lo motiva y ello le sume en una profunda reflexión que podréis seguir en estos enlaces.
De todas formas, si os da perece meterse entre oreja y oreja una encíclica filosófica yo os pongo a continuación, sin que sirva de precedente ni siente jurisprudencia, el “spoiler” completo que supone el último google párrafo a modo de conclusión:
La conclusión es la siguiente: ninguna de las principales empresas de cámaras lo está logrando. Todos tienen problemas y problemas que confunden a su base de usuarios actual y potencial. El mercado en general se ha contraído, por lo que el comprador de la cámara ahora está cada vez más en el asiento del conductor, y dicen que el precio es el factor más importante, no la tecnología, la consistencia o cualquier otra cosa.
Estoy atento a ver qué empresa entiende esto y comienza a controlar sus problemas y a comercializar los productos adecuados.
Nota tonta pero más real que la vida misma: cuando el bueno de Thom pase a ser pensionista y dependa solo de ella para vivir (y más en USA) cesarán todas sus confusiones y se desentenderá absolutamente de los problemas mundanos. Palabra de pensionista.