
Nuestra impronta, si señor.
Pues eso, nos estamos encerando nosotros mismos y cuando queramos salir no podremos. Bueno, de todas maneras da lo mismo, el nuevo SARS-CoV-3 con ADN recombinante aleatorio rematará la faena y ya no tendremos nada de que preocuparnos.
Da lo mismo, el mar, las montañas, los bosques, las llanuras, o el espacio. La humanidad deja su impronta allá por donde pasa: la basura.
Interesantísimo articulo Adolfo.
Parece que no nos basta con ensuciar la tierra, y tenemos que esparcir nuestra mierda allende la estratosfera.
Gracias.
A este paso pronto veremos, en alguna de esas plataformas de streaming, un revival de “Quark, la escoba espacial”, aquella serie que duró tan poco allá por los 70’.