
Cuantas satisfacciones nos han dado estos obsoletos culos. Jo, Adolfo, te ha salido un pie de foto machista, ¿como es eso? Os juro que no era mi intención, pero me ha salido así, porque es verdad.
Con la absoluta convicción de que a pesar de ser vetusta y obsoleta, conocer el análisis actualizado que acaba de publicar nuestro ilustre californiano no os va a hacer ningún daño aunque todavía no estéis vacunados, yo lo cuento y vosotros ya veréis lo que hacer con él.
Os prometo que tengo la autorización del Dr.Tedros Adhanom Ghebreyesus, que se declara actual Director General de la OMS, que me ha jurado en carta lacrada y peronal que conocer dicha información no tendrá ningún efecto nocivo en vuestra salud física o mental.
Así pues, si os atrevéis, la cosa está aquí. Comprobaréis con asombro que no hay ni una sola imagen de muestra y eso que estoy seguro que el bueno de Ken tiene es escáner mejor y más caro del mundo.
Nota tonta: os cuento una anécdota tonta en desagravio y para desengrasar de la obscenidad de los “culos”.
Cuando yo era muy joven y estaba recién casado viví en Madrid tres años. Fue cuando entré a trabajar en el Centro de Investigación y Estudios que Telefónica tenía en la calle Lerida 43, en el barrio de Tetuan. Mi mujer y yo teníamos 25 añitos. Era el año 1979.
No teníamos coche ni nada parecido pero aún así aprovechamos nuestra estancia allí para conocer un poco los alrededores. Yo iba entonces con mi recién estrenada y estupenda Olympus OM-2 comprada en una tienda que había a la entrada de la Calle de la Cruz no muy lejos de La Puerta del Sol. No me acuerdo como se llamaba. Entonces yo no conocía Fotocasión. Bueno, el caso es que Toledo fue una de nuestras visitas obligadas.
Para apurar el carrete yo tenía la costumbre de cerrar la tapa (el polémico “culo”) con la película solo encajada en el rodillo con uno o dos dientes. De esa manera sacaba un par de fotos más al carrete de 36.
Pues bien, en la vistita a la catedral, una verdadera joya, yo disparé allí dentro un carrete entero. El problema fue cuando pasé de la foto 37, y de la 38 y de la 39. El carrete no se acababa nunca. Me entraron sudores fríos, busqué un cuarto oscuro (creo que era un lavabo cutre que se podía cerrar) y con todo el cuidado del mundo abrí la cámara y palpé su interior. El carrete estaba al principio, se había roto la perforación de la película y no había avanzado nada. No había hecho ninguna foto. Me desesperé. Rebobiné el carrete y puse uno nuevo, esta vez bien engranado.
De siempre, cuando hacíamos viajes, mi mujer apuntaba en una libretita las fotos que hacíamos para después tener un registro y poder clasificarlas y ordenarlas adecuadamente montando un reportaje en plan proyección de diapositivas, diapositivas de verdad con marco de plástico y proyector. Ella ha sido siempre la encargada de ello, tanto con las 10.000 diapositivas que tengo perdiendo color en un armario, como en el viaje a Euskadi que hicimos el año pasado por nuestros 40 años de matrimonio.
Pues bien, cogimos la libretita y mi mujer me fue guiando con ella. Repetí todas las fotos, pero en un tiempo record. Salió todo bien. Nunca nadie ha fotografiado la Catedral de Toledo tan deprisa, de eso estoy seguro.
Eso es como la opcion de marras que tienen casi todas las digitales como…..OPCION, para conectar o desconectar la funcion de hacer fotos sin…..tarjeta.
Mira que no habrá formas de hacer o permitir lo mismo, sin estar pendiente, por descuido o sinqueriendo, de que la PUÑETERA función este armada con balas de verdad o de fogueo.
Tanto cuesta dejar hacer fotos y que cada vez, que la haga sin tarjeta aparezca en la pantalla o mostrado en el ocular, una enorme SEÑAL como…..NO SD…….NO CFast.
De esa forma, puedes manipular la camara….desarmada pero no te la juegas con el despiste y sigues haciendo fotos a…….la nada.
Tanto cuesta, eso??