Fernando Sánchez se lía a comparar la Fuji X-T2 con la GFX 50R: rendimiento vs. filosofía de vida.

– alegoría –

Hay unas cuantas frases sabias en esta singular comparativa de nuestro sabio de cabecera, pero en mi infinita maldad voy a dejar que sea el agudo lector el que las descubra.

Yo, en mi cuasi infinita sabiduría nunca bien valorada, solo voy a poner aquí un par de impresiones de mi propia cosecha y no solo a partir de lo que acabo de leer, sino como resultado de mis décadas intentando hacer alguna foto presentable sin haberlo conseguido aún.

• Un amigo mío también sabio (yo en mi juventud tuve muchos amigos sabios) decía: quizás sea verdad que el dinero no hace la felicidad, pero a mí que me lo dejen probar y después opino. Pues bien, es muy posible que la Fuji GFX 100S no me hiciera feliz, pero a mí que me la dejen probar y después opino.
• En realidad a mí, fotógrafo tranquilo y paisajista, lo que me hace inmensamente feliz es la “liturgia” del acto fotográfico, y para eso la cámara es un poco lo de menos: parar, mirar, esperar, montar el trípode, componer, recomponer, desesperarse, volver a componer, disparar, corregir, etc, etc…… Paseando por mis queridas montañas con mi EOS 5D Mark IV y el trípode soy feliz, inmensamente feliz, y trabajo con ella como si tuviera entre manos una cámara de banco óptico. Mis instantaneas duran media hora mientras mi mujer busca y clasifica flores del entorno. ¿Qué más puedo pedir?

Si me pillan afirmaré con entusiasmo lo primero y negaré rotundamente haber dicho lo segundo.

• Xatakafoto

Nota tona: no dejéis de notar que mi amigo Shantanu Narayen aún no ha aprendido a hacer un “demosaico” correcto del endiablado sensor X-Trans de Fuji. Si lo vuestro es la familia FX vuestro revelador es Capture One.