Pues ha conseguido producirme un desasosiego de tal magnitud que ni una caja entera de Trankimazin caducados podrá aliviarme, y ello principalmente por dos hechos:
- Si abrís esta exigente imagen de parafarmacia veréis que no hay ningún “letrero botellil” que se vea nítido, y eso produce en mi, obseso de la nitidez, el mismo efecto que el sol directo sobre un vampiro. Tal vez el asunto pueda deberse a cuatro cosas: hay un ligero desenfoque, está hecha con la 6D y sus solo 20 Mpixels, está hecha a diafragma totalmente abierto F1,4, o simplemente el objetivo no da para más.
- Lo anterior no hace más que echar polvos pica-pica en mi llaga abierta por no poder transfugarme a mirrorless. Mi conversación personal con mi Amo y Señor José Luís Escrivá se hace cada vez más urgente, inevitable y perentoria. Necesito complementar mi pírrica pensión con un Ingreso Mínimo Vital y una Renta Mínima de Reinserción y un ERTE sin que después venga Hacienda y me lo quite todo. Por lo tanto también necesito también una caja de seguridad en un paraíso fiscal donde se pueda ir en Metro, para cuando todos estemos vacunados.
Si a algún obsoleto miembro del obsoleto club DSLR le apetece fustigarse con semejante análisis, ni yo se lo voy a prohibir ni tampoco me voy a enfadar por ello, pero si le aconsejo vivamente que lo deje estar, que para penas ya tenemos bastante con nuestros políticos.