Lo único que se me ocurre comentar ante lo que acaban de publicar en el hijo predilecto de Amazon son estas profundas reflexiones que he escrito antes de leer el artículo.
- La mayoría de los mortales no tenemos casas para poder gozar en plenitud de un super pantallón 8K que por lo menos debería tener el tamaño de un colchón de matrimonio de los más grandes.
- Eso si, en el caso de que la tuviéramos, para ver fotografías en plan proyección de diapositivas seguro que sería una verdadera gozada. ¿Os imagináis lo que sería ver vuestras imágenes en una pantalla 8K OLED de 300” calibrada por Hugo Rodríguez? Es necesario reivindicar el concepto de “pared multimedia”.
A no ser que los fabricantes nos convenzan con su engañoso marketing de que seremos unos desgraciados si no vivimos en 8K a partir de ahora pienso que el asalto de esa tecnología en el entorno casero no va a ser explosivo. Lo dice uno que pensaba hace muchísimos años que eso del telefonillo estaba bien pero solo para usos profesionales, así que ya veis. En mi descargo debo decir que eso lo pensaba cuando los telefonillos no tenían internet, que no es una disculpa, pero la cosa cambia.
Y ya está. Yo aquí os dejo con el ensayo que se han marcado en Dpreview, eso sí, con el consejo habitual en estos casos: Primum vivere, deinde philosophare, amen.
Si os apetece opinar pues ya sabéis …………….
Yo pienso que no vas mal encaminado. El problema (o dilema), el primero sería: «Para ver que» . Que cosa por que hoy por hoy vamos justillos de contenido. Y, ni hablar de lo que hay por aire (TDT), no cumple ni de lejos, no ya el 4k, sino que no llega al 2k, por una compresión patatera.
II) Hace tiempo que planteo a mis amigos que «la costumbre» hace mucho: ya no hay radiaciones. Con la calidad 4k podemos tranquilamente ponernos a un metro de una buena pantalla y ver como en la 3ra. fila del cine, no se aprecian los pixeles. No obstante seguimos viendo la tele como en la época de cuéntame.