El último cochecito que anda dando tumbos por Marte es el Mars Perseverance, el que tiene un dron, que lleva allí desde febrero de esta año, pero es el Mars Curiosity, el anterior que lleva allí desde el 2012, el que ha enviado una panorámica la mar de guapa de una montañita que mide como el Everest y en la que aparecen pedruscos de todo tipo e incluso algo parecido a una carretera asfaltada.
Es prioritario que alguno de estos “Rovers” encuentre vida inteligente, se hagan amigos, y les pida ayuda para civilizar nuestro planeta y salvarlo de la segura destrucción. Por lo que sabemos por ahora es una “singularidad” y sería una pena que se echara a perder por nuestra culpa.
Es que a mi estas cosas me gustan, ¿sabéis?