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Transmutación de una tienda Quechua de Decathlon en un laboratorio profesional: una propuesta directa del Sr.Ilford que no podréis rechazar.

No, el sherpa no va incluido, lo lamento.

Vamos a imaginar un escenario, vamos a imaginar una especie de juego de rol. Un juego de rol del que yo mismo hubiera podido ser protagonista hace tan solo unos años.

El planteamiento es sencillo y totalmente realista.

  • Imaginaos que andáis trotando por mis queridas montañas o por las vuestras cargados con vuestra Hassel serie V y una película Ilford Delta 100, por ejemplo.
  • Imaginaos que llegáis a un rincón idílico donde el remanso de un torrente y unas piedras de atrezzo colocadas por el mismísimo Sebastiao Salgado os inspiran una imagen idílica donde explorar las sedas en contraste con las piedras del riachuelo.
  • Imaginaos que plantáis vuestro trípode, os pasáis un rato midiendo todas las “zonas” de la escena, y después con temblorosa emoción y con el disparador de cable de 1 metro accionáis el obturador después de haber levantado manualmente el espejo para que ni la más mínima vibración perturbe vuestro negativo.
  • ¿Qué hacer a partir de ahora? No podéis ver el resultado porque la era digital aún no ha llegado. ¿Cómo poder soportar la terrible tensión de no poder saborear vuestra obra hasta pasado unos días? Eso es insufrible, insoportable, inaceptable, imposible.
  • Pues entonces le pedís al sherpa que os acompaña que os pase la bolsa del Pop-Up Darkroom de Ilford y allí, en plena montaña y rodeado por los canticos de gloria de los pajaritos y los gritos de alarma de las aterrorizadas marmotas, todo bajo la atenta mirada de los buitres que siempre hay por la zona y si tenéis suerte también la del Quebrantahuesos si es que le toca guardia, os ponéis a revelar vuestro negativo y a sacar allí mismo una copia en papel baritado con la que podréis valorar la toma y disfrutar de ella o incluso repetirla si hay algo que no os convenza, por ejemplo que os habéis dado cuenta que en el momento justo de la toma un abejorro XXXXXXL pasaba justo por la mitad de la primera lente.

Para que todos esos prodigios y maravillas sean posibles es donde entra en acción el Sr.Ilford en persona ofreciéndoos la ocurrencia que se le ha ocurrido mientras paseaba por la sección de tiendas Quechua de cualquier Decathlon del mundo.

Sé que todo ello puede haberos sonado un poco fantasioso, pero no me he inventado nada, salvo el relato, claro.

adolfo

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