Haberlo, haylo. Es que en este mundo hay gente muy mala, imagináos, hata hay políticos, y no digo más.
No pienso hacer ningún comentario y mucho menos sacar una conclusión, pero eso si, no puedo evitar decir que cuando veo el obturador cerrado al desmontar el objetivo en las mirrorless Canon y abierto en todas las demás siento un efímero orgullo por el fabricante que tantos disgustos me ha dado, me da y sin duda me dará.
A todo el resto de fabricantes habría que enseñarles una foto ampliada mil veces de cómo es el aire que nos rodea, con sus pelos, escamas y micro-meteoritos de todo tipo, secos y grasientos, pululando por ahí en movimiento terrorista-browniano y deseando alojarse en el sensor para quedarse a vivir allí.
Yo les enviaría a todos al Juez Llarena con su túnica de gala, asistido por el Juez Marchena, también con sus mejores galas y puñetas floreadas, para que los encierren a pan y agua hasta que enmienden su tremendísimo error que yo califico de “orror”.
Pero el tema no va de eso, va de esto otro:
Por alusiones: