Pasaré de puntillas sobre este análisis pues a mi, en contra de lo que a veces puede parecer, no me gusta meter el dedo untado de sal y ajo en las heridas abiertas, por lo menos no en todas, así que me voy a limitar a poneros aquí un resumen ejecutivo en tres versiones que os dará una idea del asunto.
- Versión optimista: decente y punto.
- Versión realista: hundido en la miseria de la parte media/baja de la tabla.
- Versión pesimista: podría haber sido peor.
Sádicos que disfrutáis con el dolor ajeno casi tanto como un político regodeandose en su sillón, razón aquí.