Hoy empieza el puente, empieza el acueducto: cinco días y medio de fiesta en que las pistas de esquí recibirán a sus primeros visitantes y sus gestores venderán “forfaits” a manta recuperándose de una última temporada nefasta. Será cinco días y medio de fiesta en que nuestra querida Omicron preparará el terreno para en los fiestorros y encuentros navideños llenar hospitales y UCI’s de “acongojados” huéspedes que se preguntarán por qué no me he vacunado, todo ello mientras en la India (estoy seguro) ya existe la variante Omega que con sus mil mutaciones acabará la faena. Es solo cuestión de tiempo.
Bien, pues con tan singular y siniestro panorama la otrora grande Kodak ha rehabilitado su edificio de de Rochester, y, confiando en la resurrección del vinilo y la decadencia del CD, presenta un producto puntero e innovador que sin duda marcará un hito en la fotografía profesional. Vala, ya lo he dicho antes, pero es que me ha quedado muy bien.
Damas y Señores, Señoras y caballeros, con todos ustedes la singular, la simpar, la única Kodak 27 Tri-X 400
Estoy convencido de que no me creéis, así que aquí hay más pruebas.
Por alusiones:
Esta es la variante Omega ya existente en la India. Ha sido fotografiada por mi equipo de esías en los principales aeropuertos del país con la tarjeta de embarque en la mano para iniciar su definitiva y letal invasión. Ni nuestra querida Madre del Amor Hermoso nos librará de ella. Hasta aquí hemos llegado.