Después de repasar atentamente lo que nos cuenta nuestro californiano favorito y de tirar de hemeroteca sobre sus cientos de artículos anteriores he llegado a la conclusión de que California tiene que ser así. Es imposible que el bueno de Ken, sea cual sea el equipo que caiga en sus manos, saque esos colores tan saturados e imposibles. No puede ser, yo no he estado nunca, pero California tiene que ser así.
Sin más temas que tratar este artículo se disuelve como lágrimas en la lluvia.