Estos son 17 minutos inigualables en que el espíritu queda sobrecogido y el alma se encoge. Yo lo único que acierto decir al final, desde la autoridad que da mi profunda ignorancia, es que me corroe una envidia cochina al ver como tan arios personajes se esfuerzan lo indecible para hablar en bárbaro y lo consiguen haciéndose entender como yo nunca he podido hacerlo a pesar de mis 50 años de denodados esfuerzos.
Como dije antes, el que vale, vale, y el que no, a escribir chorradas en un Blog.