Pues eso, que en la Plaza Roja, justo al lado de la catedral de San Basilio, hay un garito unido directamente por un puente Einstein-Rosen con la fábrica de Canon donde hay y habrá una fuente inagotable de todas las DSLR de Canon menos la serie 1D-X (que por cierto es la mejor)
Bueno, quizás me he dejado llevar por el entusiasmo, pero es que me ha encantado saber que dentro de 10 ó 15 años, cuando el obturador de cortinilla de mi 5D4 salte en pedazos por los aires llevándose en resto de la cámara por delante, siempre me quedará la posibilidad de pedirle una nueva a Putin y seguir como si tal cosa.