Pienso que es nuestro caritativo deber cristiano diagnosticar e intentar tratar la posesión diabólica que atenaza el espíritu de nuestro californiano favorito y que le hace presentarnos con alegría las fotos que ha tomado en el idílico paisaje de Yosemite sin la más mínima colorista vergüenza.
Hermanos, Ken necesita nuestra ayuda, ¿se la vamos a negar?
Ostia
En mi opinión, estas barbaridades cromáticas de Ken Rockwell son otra manera más de prostituir (2ª acep. Diccionario RAE) la fotografía.
¡Ayyyy! vaya hostión me ha pegao en los ojooOOOOOSSSS.
Corazón de neón sin duda.
Está loco…
Están todas las fotos pasadas de rosca, pero las del Half Dome con últimas luces… es para darle cien latigazos.
No sé por qué dices eso. Todo el mundo sabe que aquel día hubo una erupción y la montaña se cubrió de lava 😀