Estoy seguro de que nuestro filósofo de cabecera Thom Hogan le ha prestado su gorro de idem a Roger Cicala y este lo ha probado marcándose este ensayo poético que sin duda es de lo más interesante.
Leedlo y ya me diréis.
En un punto si que estoy en total desacuerdo con Roger, es cuando dice esto:
No soy un diseñador de lentes. No tengo ningún título en óptica. Ni siquiera tengo una copia de Code-V o Zemax. Ningún fabricante me ha dejado participar en el proceso completo de diseño y desarrollo, ni lo hará jamás. Ni tampoco quisiera; lleva una eternidad y tengo la capacidad de atención de una ardilla.
Yo si quisiera participar en el proceso de diseño, aunque no entendiera nada. Me gustaría saber los condicionantes y las interacciones entre los diferentes parámetros de diseño: nitidez, centro esquina, aberraciones, distorsiones, astigmatismo, coma, complejidad mecánica, tamaño, peso, precio.
Me encantaría ser parte de eso, pero mi labor se limitaría a dejar a todos los técnicos a pan y agua dentro de una habitación sin ventanas y plagada de ordenadores hasta que entre todos sacaran un EF 24-70F2,8-4L IS USM de campanillas. Oiga, todo es ponerse, y os juro que por mucho que digan aún no se han puesto, si lo sabré yo.
También me ha encantado eso de poner a diferentes equipos a competir para diseñar el mismo objetivo para al final escoger el mejor diseño. Sin embargo creo que falta el aliciente final de prometer a los grupos perdedores un visita guiada al Zoo, concretamente al recinto de los cocodrilos gigantes después de un mes de ayuno y abstinencia.
En fin, que yo estoy seguro que os gustará, y Sres.Frabricantes, mantengo mi ofrecimiento como “comitre” para la sala de máquinas.