El agudo lector de este Blog seguro que espera ver una alucinante película donde evolucionan personajes cual si fueran pilotados por el cerebro de un político, ¿a que si?
Pues no, o al menos no al principio. Para poder acceder a ver los videos os planteo primero superar una prueba moral de colosal dificultad.
- ¿Determite el agudo lector si hay que ser un sádico de primera magnitud o estar más loco que Putin para regocijarse haciendo explotar o rompiendo cosas para luego regodearse viéndolo todo a cámara superhiperlenta?
Por alusiones:
- Pregunta: ¿cómo es posible que después de una semana de guerra absolutamente desigual el gobierno civil y militar de Putin, reunido en una de esas lujosísimas salas “Zaristas” del Kremlin, no le haya dicho en bloque que “hasta aquí hemos llegado” y le haya puesto una pistola en la mesa para que actúe como un hombre?
- Respuesta: porque Putin habría cogido la pistola y habría acabado allí mismo con su estado mayor, menor, y mediopensionista. Porque él lo vale.
Hete aquí las hazañas bélicas de estos sesudos investigadores aspirantes al Premio Nobel de …….
No pongo la versión google porque me acabo de declarar en rebeldía en solidaridad con los atormentados protagonistas de la película.