Aunque Putin haya conseguido que nos pase totalmente desapercibido y nuestro insigne Gobierno, con sus últimas sabias decisiones e inacciones haya conseguido que el otro moro esté a punto de cortarnos el gas y que en las estanterías de los supers empiecen a faltar cosas cual si los misiles «del Maligno» hubieran llegado también aquí, damas y caballeros, señoras y señores, ya estamos en primavera.
Aceptando este hecho y constatando que nuestros egregios gobernantes (y los demás también) han decidido que no hay mejor vacuna que todos nos contagiemos con la debilucha cepa Omicron que producirá el deseado efecto “gripalización”, debo informaros que después de la primavera llega el verano, y con él “la calor”, el sol y la playa.
A ver si sois capaces de relacionar este más que prescindible introito con la siguiente guía de compras veraniegas.
Nota del editor: si hay alguien alérgico a los ya olvidados sensores pequeños, es mejor que no siga leyendo.
Efectivamente, aunque esta Guía de Compras parezca talmente un publirreportaje sobradamente remunerado os confieso que yo no recibo nada por haceros partícipe de las buenas nuevas. Para que veáis, hay gente honrada, luego los hay normalitos, y después están los del PP. Pues nada, yo soy pensionista y además tonto.