Valentín empieza así:
Ocurrió a las pocas horas de publicar el artículo sobre el objetivo Leica Berg Elmar 105 mm f/6,3 (1) y aún menos después del la reedición de «FED: la Leica Roja» (2): una tosecilla discreta, del estilo de «ejem, ejem» venía regularmente de una de las vitrinas a mi espalda, donde se agrupan –con mucho menos orden del que gozaron en un principio– cámaras, objetivos y accesorios antiguos. Puesto que –lo que entiendo era una suerte de llamada– se repetía regularmente, no me llevó mucho esfuerzo, descubrir su origen: provenía de un pequeño objeto muy brillante oculto tras diversa quincalla más o menos «vintage»… ¡Un objetivo soviético FED 100 mm f/6,3! ¡Esta también bastante rara óptica de 1938, igualmente en rosca tipo LTM, reclamaba justamente su parcela de atención!
Jo, tu, un introito como este es imposible de superar, así que no lo voy ni a intentar y lo único que me voy a permitir es dejaros solos ante el peligro. Ostras, ¿no os apetecería echar una ojeada a la vitrina que nuestro querido profe tiene en su despacho? A mi si.
Mucha salud y que lo disfrutéis.
Alegoría igualmente incorrecta pero necesaria