Tengo un cierto recelo a mirar los videos del señor Nigel Danson que se declara Landscape Photographer, más o menos como yo pero en muchísimo mejor, y lo tengo porque cuando en sus videos va en busca de un paisaje guapo, por ejemplo saturado de niebla, la niebla está allí y permanece allí mientras el hombre explica formas, encuadres, objetivos, composición, etc….
Cuando yo, en mis queridas montañas, encuentro un paisaje bucólico con niebla esta no solo se muestra esquiva, si no que en el tiempo que tardo en montar trípode y cámara ya ha huido a otro lugar arruinándome la toma. Eso solo puede querer decir dos cosas: que hay gente que tiene el favor de los dioses y otros no, o que Murphy se ha comprado un soplillo y lo utiliza conmigo cada vez que tiene ocasión. En resumen, hay gente que nace con estrella y otros …………………. escriben chorradas en un blog.
Bien, la peliculita de hoy del ponente solo me va a servir de excusa para exponer una idea y haceros una pregunta.
A mí no me suelen gustar las fotos excesivamente toqueteadas, simplemente porque no me evocan el paisaje que yo vi al tomarlas: un degradado, un virado de color, una exageración en los parámetros, un cambio de cielo, y esas cosas pueden resultar en una imagen mucho más bonita e impactante. Pero cada vez más alejada de la realidad. Eso no es lo que yo vi al fotografiar, es una postal que podría comprar en cualquier quiosco.
¿Que la imagen es mucho más plana y anodina?, seguro que si, pero es lo que yo vi.
Seguramente digo eso porque yo no vivo de vender fotos, y ni regalándolas en El rastro tendrían salida.
¿Qué pensáis vosotros, os gusta el toqueteo a fondo, o os conformáis con un revelado suave en aras de la autenticidad? ¿Se justifica por temas comerciales o para ganar concursos, o hay demasiada artificialidad?
No os comáis el coco, pues al final acabaríamos planteandonos qué es realmente una fotografía, y no quiero que a nadie se le quemen las neuronas reflexionando con “la calor” que hace.
Para mi es muy sencillo, foto de naturaleza que se vea natural. Lo otro también es válido, pero aunque pueda ser foto en la que salía algún elemento natural no es foto de la naturaleza naturalmente natural. Y debería señalarse que hay maquillaje.
En retoque, hay una linea que une la fotografía con el dibujo, con muchos puntos intermedios, cuanto mas te despegas del inicio, ósea la fotografía mas te acercas al otro lado, ósea el dibujo.
Este es un eterno debate con posturas enfrentadas (y algunas intermedias) durante décadas.
Cada fotógrafo sabrá qué quiere contar con su fotografía y para mí todas son validas. Sólo es cuestión de gustos.
Cuando vestimos, maquillamos, iluminamos y encuadramos al modelo, ¿acaso no estamos preparando la imagen a nuestro gusto?
Cuando fotografiamos en blanco y negro, ¿no estamos interpretando la realidad a nuestro gusto?
Por qué un paisaje en blanco y negro nos parece lícito y otro saturado no? ¿Porque el BN nos recuerda a Ansel Adams y su sistema de zonas?
Añadir o quitar elementos de la escena lo podemos hacer incluso con un recorte o a la hora de componer. ¿Qué más da que lo haga con el tampón de clonar o retocando niveles y saturación por zonas?
Para mí lo que cuenta es la intención final y que el resultado final de la imagen se aproxime lo más posible a esa intención.
Muy de acuerdo contigo.
Muy de acuerdo con todo. Absolutamente.
Yo soy de los que retocan lo mínimo, lo imprescindible, vamos. Nada extraño cuando me considero un fotógrafo documentalista, no un fotógrafo «artista» (aunque también se puede ser las dos cosas), en general no me gustan las fotos en la que el retoque es evidente, y aún me gusta menos que los autores mientan sobre cómo hicieron la foto ( cosa más común de lo deseable) muchos concursos limitan el alcance de los retoques, si el concurso es de temática libre y permite cualquier manipulación de la foto, pues nada que objetar a que el autor dé rienda suelta a su imaginación y recree paisajes imposibles.
Creo que Adrian C en mi opinión personal lo ha expresado perfectamente.
De todos modos en mi caso, es muy diferente hacer fotos por afición o hacer fotos por negocio. Las fotografías que hago por mi trabajo son publicitarias, asi que llevan el retoque implícito, a veces muy poco y a veces muy mucho. A veces es un montaje bestial, y a veces es tal cual. Dependerá de lo que necesites contar y de las posibilidades que te brinda la realidad para llegar a la imagen final. Reconozco que no soy nada purista con el concepto de «fotografía», pero es lo que me ha enseñado mi profesión. He pasado de ser un cazador de instantes, a un «hacedor de imágenes» y usaré todos los recursos necesarios para llegar a la imagen que necesito, bien sea ilustración, CGI, o tantas fotos como requiera el fotomontaje. Por poner un ejemplo, en una fotografía de un equipo de fútbol en el que se veía un mar de fondo, lo queríamos un poco más «bravo» y por lo tanto pusimos la cámara en un trípode e hicimos una serie de fotografías al mar con diferentes olas para luego ir montando las que nos gustara para componer uno que mostrara la fuerza que requería el trabajo. No era real, o al menos en aquel momento. Quizás te vas en pleno invierno y comparativamente te quedas corto, pero en aquel caso fue necesario ese camino para la imagen final.
Otra cosa es cuando hago fotos por afición, bien sea con el móvil (amigo inseparable) bien con la réflex. El 99,9% de mis fotos particulares no las retoco salvo típicos ajustes de contraste, niveles…etc y se quedan como muestra de lo que realmente era, tal como dices Adolfo. Pero si alguna me gusta especialmente y le veo posibilidades, puede que o bien se quede como está, o la retoco como si fuera una de mis fotos publicitarias hasta llegar a lo que me apetece que me cuente.
Y es que hay otro factor a tener en cuenta, y es la emoción. Cuando disparas una foto, la cámara capta una imagen más o menos fiel a la realidad, pero no capta la emoción que te invade de una manera tan personal que puede no tener que ver con la persona que tienes al lado. Eso es mucha veces lo que trato de representar. Mi emoción, mi imagen, mi sentir… Como el que pinta un cuadro, o esculpe, tratando de que al espectador le llegue algo más que una imagen.
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Como dice Adrian: «Cada fotógrafo sabrá qué quiere contar…» y, estoy de acuerdo con ese concepto.
Tal vez si tuviese poner un límite, diría que esta cuando la verguearía, la destreza supera al mensaje