
Henri Cartier Bresson
Hoy se ha producido un pequeño (o gran) milagro. En este maltrecho rincón de todas las Españas esta noche ha llovido. Ha sido una tormenta con rayos y truenos y bastante agua. Ha estado lloviendo intermitentemente durante toda la noche y eso ha producido el milagroso efecto de que me he levantado con 24,5ºC en la habitación y hasta sensación de fresquito.
Moviéndome por sigilo por toda la casa para que el mágico efecto no desapareciera he abierto de par en par todas las puertas y ventanas para que el aire fresquito empapara todas las paredes y estancias y desde entonces he vuelto a respirar.
Aún a riesgo de enemistarme con todas las personas que están despotricando en las playas espero, deseo y anhelo que este sea el primer día del “renacimiento temperatural” y que las sofocantes temperaturas queden relegadas hasta por lo menos el 15 de agosto del año que viene. Amén, que quiere decir así sea.
Esta breve y totalmente prescindible introducción ha sido una nota del tipo: si no lo digo, reviento.
Bien, y ahora, sosegado el ánimo y fortalecido el espíritu, vamos a lo que vamos.
Como yo no tengo ni la inspiración ni el saber hacer de los Cartieres Bressones que en el mundo son y están, aquí os dejo con el video aconsejatorio y me quedo con mis humildes y mediocres paisajes.