Dos párrafos seleccionados totalmente al azar os darán una idea de que va la cosa.
Los trenes empleados en la línea de la ruta de Bremervörde, en la Baja Sajoniaserán, serán los Coradia iLint de Alstom, que funcionan con una pila de combustible de hidrógeno, ofrecen una autonomía de mil kilómetros y es capaz de alcanzar los 140 km/h. “Está totalmente libre de emisiones, es silencioso y solo emite vapor de agua y condensación”, destaca la compañía, con contratos para suministrar trenes en Alemania, Italia y Francia. En el caso de Bremervörde se ha montado ya una estación de servicio de hidrógeno operada por Linde.
España tampoco permanece al margen de la carrera por la movilidad pública y el hidrógeno. En Barcelona o Valencia se apuesta ya por él para reducir la huella medioambiental de su flota de buses urbanos y hay ya empresas trabajando para lograr un ferrocarril de hidrógeno, interesante, reivindica el sector, por su enfoque medioambiental y potencial en la lucha contra la despoblación.
Seguramente estaré totalmente equivocado, como casi siempre, pero yo creo firmemente que el futuro de la movilidad pasa por el motor eléctrico movido por una batería cargada con pila de combustible de hidrógeno. Todo lo demás son experimentos con gaseosa, salvo que se utilice el método de los chinos: Ftc 26-8-2022
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