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Elucubraciones para antes de la siesta: una digresión un tanto esquizofrénica de una mente calenturienta

Alegoría: Forges

Acabo de comer y me siento delante del teclado para iniciar mi jornada de tarde, mucho más corta que la de la mañana, no temáis.

Viendo la tele he vuelto a ver las declaraciones del Sr.Antonio Garamendi (el boss de la Patronal) donde se mofaba abiertamente de la proposición de Yolanda Díaz subir el sueldo mínimo o de topar el precio de una serie de bienes básicos que serían aquellos que más afectan la lista de la compra de las personas con menos pudientes, porque ello causaría una catástrofe en el sistema económico que nos han montado.

A continuación han puesto otra vez las declaraciones de ayer de Kylian Mbappé y del entrenador del PSG donde se partían de risa cuando un periodista les ha preguntado por qué no viajaban en tren para distancias cortas en lugar de hacerlo en su avión particular.

Comentando el tema con mi mujer hemos llegado a la conclusión de que este tipo de personajes, al igual que todos los políticos que al fin y al cabo son los que dictan las reglas y regulan nuestra supervivencia y en el mejor de los casos nuestro bienestar, viven un tanto o un mucho fuera de la realidad y no tienen ni pajorera idea de cómo se vive con 1.000 € al mes y nada más que eso. Ellos, todos, ellos, unos más y unos menos, llegan sobradísimamente a fin de mes, algunos escandalosamente sobrados.

Pienso que un pacto de estado, al igual que fueron los Pactos de La Moncloa hace ya muchos años cuando teníamos una inflación de más del 20%, es un compromiso entre empresarios y trabajadores donde estos renuncian a las subidas de sueldo que les posibilitarían mantener el poder adquisitivo a cambio de que los empresarios renuncien a parte de sus desbocados beneficios que les ha proporcionado la citada inflación.

En la situación actual los trabajadores apechugan porque no les queda otra, y los empresarios actúan como quien oye llover. No sé por qué me parece a mi apreciar un cierto desequilibrio en la ecuación.

Por todo ello mi mujer y yo proponemos a todo el que nos quiera escuchar que a todo aquel que diga que el sistema económico quebraría si subimos a los trabajadores el sueldo para que, al menos, vivan dignamente aunque sin alegrías, se les obligue a vivir con 1.000€ al mes como único ingreso durante al menos 9 meses, un embarazo.

No se, quiero pensar que igual alguno cambiaría de opinión. Igual soy un inocentón, pero me fastidia que mis hijos vivan peor que yo he vivido, me fastidia que en su presupuesto y plan de vida no quepan los hijos (mis nietos), me fastidia que el debate político sea la bronca política perpetua, me enfurece que estemos en continua campaña electoral, me fastidia que toda una Europa no pueda hacer frente a los precios de la energía porque estos los fija una especie de «IA malvada» que algunos llaman mercado con la que unos pocos se forran, y me fastidia que una sociedad que ve como cada vez vamos más deprisa hacia el abismo tome ciertas opciones políticas a la hora de votar.

Reconozco que debo ser muy tonto porque cada vez entiendo menos de todo, y en ello incluyo el comportamiento de la gente, no de toda la gente, ni tampoco todos los comportamientos, pero muchos si.

Hala, ya lo he soltado y ya me he quedado tranquilo. Bueno, no, no me he quedado tranquilo. La verdad es que sigo igual de nervioso que siempre.

Mucha salud para todos y gracias por estar ahí.

Adolfo.

adolfo

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