Por razones obvias me he sentido aludido, ha sido inevitable. Es como si el Sr.Dpreview en persona me hubiera mirado directamente a los ojos y me hubiera dicho: “ven y sígueme”.
Y yo, sobrecogido por su cálida mirada: “he ido y le he seguido”, pero después del sermón de la montaña puedo prometer y prometo que jamás saldré a la calle a hacer fotos, al menos hasta que la temperatura no baje de los 25ºC. Eso si, aplicaré la mirada callejera cuando esté delante de mis queridas montañas. Amén.