0

Germán Pierre analiza al LUMIX G VARIO 45-200/4-5,6 II Power O.I.S. con su Lumix G80

Un 90-400, no está mal, ¿no?

En este domingo de pasión donde se constata una vez más que el invierno, a pesar de las lluvias que barren la mayoría de las Españas, no quieren llegar y es posible que no lleguen nunca, poniendo en cuestión las sesudas opiniones de Trump y asociados de que el cambio climático no existe y en realidad es una invención de los ecologistas y terroristas izquierdosos que aún quedan en el mundo, me salva los muebles mi amigo Germán con su análisis de este cristalito del que, en un alarde de astucia, os daré no uno, ni dos, sino tres resumenes ejecutivos de esos que dejan sin aliento por su concisión, rigurosidad y precisión haciendo totalmente innecesario el seguir leyendo.

Vamos allá:

  • Dice Germán: aprobado holgado
  • Digo yo: aprobado por los pelos
  • Dice el abogado del diablo: coño, que más queréis por un objetivo de kit que solo cuesta 447,99 dólares?

Bien, y hasta aquí la breve nota dominguera.

Ahora, en el improbabilísimo caso de que queráis conocer algún detalle superfluo más, os dejo los enlaces y os prometo, además, que no me sentiré herido en mi amor propio y autoestima si entráis a mirar.

Nota tonta: mira que eres «pesao», eh Adolfo. No me extraña que te estés quedando solo.

Me encantaría ver por un agujerito el proceso de diseño de un objetivo, como se determina una estructura óptica, como se optimizan los diferentes parámetros, como afecta cada uno de ellos al rendimiento final, que compromisos hay que asumir, que hay que dejar en manos de la “cristalería” y que se puede encomendar al software. Tiene que ser apasionante, aunque quizás también desesperante.

Vamos a hacer una cosa. Si todos los fabricantes cristaleros que en el mundo son y están (los declarados y los ocultos) deciden establecer una asociación puntual para diseñar, por ejemplo, los 24-70F4, 70-200F4 y 100F4 Macro mejores del mundo mundial en versiones DSLR y mirrorless, yo me comprometo a hablar con los gestores del supercomputador Mare Nostrum y reservarles sus 42,35 Teraflops el tiempo que haga falta y en exclusiva hasta conseguir el objetivo, en este caso los 6 objetivos. Eso si, para no desperdiciar tiempo de computación e incentivar la búsqueda, los científicos e ingenieros implicados estarán encerrados en la sala fría a pan y agua hasta que lo consigan. Yo mismo tendré la llave y actuaré de supervisor verificando y validando los resultados.

Es claramente un “win-win”, ¿no? Es una oferta que no podrán rechazar.

adolfo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.