Al final los cánones de la industria y la gilipollez de los usuarios conseguirán que vayamos por ahí con una pantalla de 32 pulgadas en el bolsillo.
Es inevitable que el bueno de Elon Musk acabe imponiendo su implante cerebral y a las pocas horas de nacer nos plantifiquen un telefonillo con display 3D e interface neuronal 5G antes de que se nos cierren las fontanelas.
Inquietos, angustiados y simplemente dudosos, razón aquí: