Efectivamente. En este lunes de dolor en que todos los engranajes crujen al volver a ponerse en marcha después de los fiestorros navideños y con unos quilos de más, lo único que encuentro para contaros, después de repasar las WEB’s que repaso cada día y algunas de emergencia en las que no suelo entrar, es este breve artículo en plan curiosidad tecnológica donde se describe el uso de la descomunal potencia de cálculo de las mejores tarjetas gráficas para los más oscuros propósitos propios de la malvada naturaleza humana.
Ya digo que el artículo ha sido un último recurso, el clavo ardiendo al que agarrarse o la cervecita fresca en medio de un ardiente desierto totalmente vacío de noticias.