Y si las lenguas de doble filo se relamen de gusto al filtrarlo desinteresadamente, ¿soy yo lo suficientemente ilustre para desmentirlo, confirmarlo, asegurarlo o negarlo?, no, ¿verdad?, pues eso.
Y si las lenguas de doble filo se relamen de gusto al filtrarlo desinteresadamente, ¿soy yo lo suficientemente ilustre para desmentirlo, confirmarlo, asegurarlo o negarlo?, no, ¿verdad?, pues eso.