
¿nubarrones o huracán?
Introito prescindible:
Imaginaos por un momento una ciudad cultural cuya calle mayor está poblada de librerías. Cada librería tiene montones de estanterías repletas de montones de libros de todas las categorías y temáticas, pero con una particularidad: los libros que tiene una librería no los tiene la otra.
Conforme pasa el tiempo cada vez hay más librerías, pero con las mismas características. Así pues cada vez hay menos libros en las librerías, y todos son exclusivos.
Si un ávido lector va en busca de un título determinado, antes, entrando en una o dos librerías tenía el tema resuelto. Ahora resulta que tiene que entrar en tropecientasmil librerías y le cuesta mucho más trabajo encontrar algo.
Para más INRI, para entrar en las librerías hay que ser socio de las mismas y pagar una cuota: a cambio se pueden retirar algunos libros de forma gratuita y otros son de pago, aunque en una pequeña cantidad. Eso si, ningún librero volverá a vender un libro jamás (léase cine)
¿Cuál es la forma más probable de que acabe el cuento?: pues yo diría que con el lector cabreado y los libreros arruinados.
Eso es lo que pasa cuando demasiadas moscas quieren aprovecharse del mismo pastel.
¿Se ha entendido la moraleja más o menos? Por si hay algún político por aquí lo resumo en una frase: demasiadas plataformas y contenido demasiado dividido.
Una de las que están sufriendo el envite de su propia ambición es Netflix, quizás la más importante, y para salvarse ahora considera pecado mortal compartir cuenta. Las demás irán detrás y, o se unirán o se extinguirán. Las cosas inestables siempre recuperan el equilibrio natural, aunque la entropía diga lo contrario, más o menos.
Meollo de la cuestión:
Bien, después de este introito parabólico (de parábola, digo) y perfectamente prescindible lo que os quería contar es que Netflix ha postulado los requisitos mínimos que debe tener una videocámara para tener el honor de filmar películas para su plataforma, y los chicos de Roger Cicala han tenido a bien certificar el asunto con una amplia lista de cámaras que cumplen la certificación de la agónica plataforma.
Y ahora me sincero un poco: mentiría como un bellaco si digo siento en el alma que en la lista no aparezca ninguna cámara híbrida, de esas que los fabricantes se han empeñado en colarnos como perfectas cámaras de fotos que graban video o al revés.
El video es el video, y la foto es la foto. Así lo proclaman cada día los objetivos específicos para cada cosa, y con lo contrario nos intentan engañar los malvados fabricantes desde hace muchos años. Hala, ¿cuántos amigos acabo de perder?
Bien, esta es la lista. La verdad es que encuentro a faltar algunas, pero es que esto no es lo mío.
Pero que desastre, Señor, que desastre