Está claro, al menos a mi me lo parece, que el comportamiento de la IA es lo más parecido al de un tumor maligno virulento y agresivo.
Efectivamente, la IA va infectando y corroyendo todas las aplicaciones software que hasta ahora habían tenido una vida plácida y feliz. Como en el tumor destaca su capacidad para desplazarse y metastatizar cuanto más aplicaciones mejor.
En esta ocasión los fotógrafos hemos estado de suerte porque solo ha atacado al mundo del video, pero solo es cuestión de tiempo. Estamos todos condenados.
Así pues: bata verde, corro de colorines, guantes de látex, mascarilla FP3 y “padentro”