Yo sigo diciendo lo mismo que digo siempre: desde que hace muchísimos años me enamoré de los Swarovski Optik cuando los tuve en la mano en un Sonimag anterior al diluvio, no quiero saber nada más con nadie. El problema es que sus simpáticos precios solo están al alcance de Reyes Demeritos y asimilados. Porca miseria, como siempre.