Hala, ya lo he dicho.
Y ahora me voy a preparar el café con leche del desayuno, pero no, después no podré salir a las calles a comprar libros y rosas junto con los 7,5 millones que vivimos aquí porque el miércoles pasado me hice daño en la rodilla, la tengo como una pelota de playa, y apenas puedo apoyar el pie en el suelo. Son cosas que pasan, y esto también pasará, pero tardará unos días. Mala suerte y hasta el año que viene.
Hay cosas peores, si señor: pandemia, guerra, inflación y ahora sequía. Gaia se está sacudiendo las pulgas.