Efectivamente, Hugo se ha marcado un video tutorial donde explica como acelerar vuestros revelados hasta velocidades hiperlumínicas, y lo ha hecho centrándose Cn capture One, el revelador por excelencia (y nunca mejor empleado el «palabro»).
El tema se basa principalmente en tres pilares:
- Utilización de artilugios ortopédicos que permitan optimizar el interface hombre máquina.
- Utilización de un lubricante de primer orden que agilice las tareas, o sea, el uso de unos componentes ultramodernos de la máxima velocidad aunque cada uno de ellos exija una central nuclear adosada como la de de Zaporiyia para alimentarlos.
En realidad es un tutorial la mar de útil para la configuración optimizada de un PC.
- Hay un tercer pilar, pero Hugo se ha olvidado de él, y lo ha hecho porque él puede, yo no. Es la sabiduría del revelador, o sea del que pilota los mandos de esa máquina maravillosa recién construida.
Ya Confucio en tiempos de Fu Manchú decía a sus alumnos de la escuela Socrática que una cadena es tan débil como el más débil de los eslabones que la componen.
Bien, en mi caso, por ejemplo, eso se traduce en que seguramente yo tendría suficiente con un Intel I1 a 0,5 Ghz y 16 Kb de RAM con la tarjeta básica integrada en el procesador. En realidad ya se han encargado los fabricantes de software que sus programas no corran con una configuración así, pero eso es otro tema del que trataremos en otro momento.
Lo que quería transmitiros es que la gente normal tarda un rato, incluso varios segundos, en decidir qué hacer con una foto, con lo cual la velocidad del proceso pierde algo de importancia y en algunos casos, como en el mío, resulta irrelevante.
Para todos los demás, aquí tenéis la fórmula magistral para tener un Maserati Ferrarizado o un Ferrari Maseratizado.