He puesto este inquietante titular porque lo único que aporta el repaso comentado de las características que el bueno de Ken Rockwell llama análisis de la Canon EOS R100 y del angular pancake y preestenopeico 24mmF2,8 es el tamaño XXXXXXXL de las criaturas, lo que permite apreciar cualquier defecto de la piel por pequeño que sea.