No os creáis nada, es todo mentira, allí no queda nadie más que el becario. Las personas que aparecen en las fotos eran los antiguos empleados. Ahora están todos en casa y sin cobrar el paro. Es la economía, idiota.
Lo que yo te diga.
De todas maneras no me importaría tener acceso a un laboratorio como este de los sótanos de la Torre Eiffel. Puedo jurar y juro que los fabricantes cristaleros iban a sufrir lo que no está escrito conmigo.