Inicio ahora la jornada de tarde porque esta mañana he hecho la comida de hoy y la de mañana y por tanto aún no he acabado mis deberes con el Blog.
En la tele he visto la noticia, que ha salido también en todos los tabloides, de una mujer a la que le trasplantaron el útero de su hermana y así ha podido concebir a un niño sano que berreaba detrás de la cámara. Es una intervención complejísima por la capilaridad de la vascularización de un útero y por el pequeño tamaño de los vasos sanguineos. Y eso se hace aquí, no en el Monte Sinaí de Boston, sino en este caso en el Hospital Clinic de Barcelona.
Echo un vistazo a los periódicos y me encuentro con esta otra noticia. A una mujer le operan el cerebro a cráneo abierto y despierta para ver en tiempo real que aéreas pueden tocar y cuáles no. Y eso se hace también aquí, no en Estados Unidos, concretamente en el Hospital del Mar de Barcelona.
Da la casualidad que estos dos hospitales son de Barcelona, pero lo mismo o cosas similares se pueden hacer también en cualquier hospital de primer nivel de cualquiera de las Españas.
Y ahora la pregunta del trillón:
¿Cómo es posible que una especie que es capaz de producir personas capaces de hacer estas cosas, sea capaz también de producir políticos? No puede ser, tiene que ser otra especie.
Hala, ahí queda eso. Ya podéis ir pensando.
Sí. El ser humano es capaz de hacer cosas muy grandes: desde una bomba atómica a diseccionar un cromosoma.