Por obra y gracia de la magnitud de la tragedia y gracias también al acervo cultural de nuestro catálogo zarzuelero esta breve nota está pidiendo a gritos ser capicúa, y yo, ante tal lamento existencial, no puedo hacer oídos sordos y cumpliré el deseo de ese clamor popular.
Empieza el cap:
Yo siento,
una pena aquí escondida
como un nuevo sentimiento,
que es suspiro y es lamento
que se escapa de mi vida.
Lo de las cámaras panorámicas que recuerdo al final hasta tendría un pase, pero eso, esto ya es el colmo. Ya no hay el más mínimo resquicio para la duda. El Sr.Canon solo quiere hacerme daño al no diseñarme el EF 24-70F4L IS USM II que el pueblo llano necesita incluso más que un político sensato.
Buscar un “partenaire” telefonillero para poder rotular en letras de oro un “Powered by Canon” es el colmo de la felonía y constata la maldad del Sr.Canon que se regodea hurgando en mi herida abierta y sangrante con una “barrena” untada en ajo, perejil, sal, vinagre y sidral de guindilla mexicana.
Oh, mundo cruel, ya no hay esperanza para mi. Te voy a abandonar para poder al fin descansar en paz. Sr.juez, no culpe a nadie de mi desaparición, el único culpable es el Sr.Canon, y Vd. no tiene jurisdicción allí.
Y acaba el cua:
Yo siento,
una pena aquí escondida
como un nuevo sentimiento,
que es suspiro y es lamento
que se escapa de mi vida.
Bonus track: la tragedia interminable.
Corolario que viene al pelo:
Espera que le ponen una lente de ampo plano