Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.
¿Y cual ha sido mi grandísimo pecado?
Pues someter a nuestra selecta attoPeña a un cursillo para principiantes sobre un tema del que más o menos todos los que quedáis por aquí estáis sobradamente informados.
Mi única disculpa es que, entendiendo que nadie nace enseñado y que es posible que alguien caiga por aquí por casualidad llevado de la mano del Dios Google, a algún principiante le vengan bien unas coloreadas pinceladas de este tema. Es solo eso, de verdad.