El Dios Google se ha comprado una goma y va a disfrutar más que Santiago Abascal con su caballo colgando el cartel de Gran Vía gastándola hasta las uñas.
Nada es eterno. Ni la memoria de los que se fueron. Hasta las lápidas han de ser limpiadas de vez en cuando. Muy posiblemente, de nosotros, sólo quedarán las fotos que nos robaron. Que se repetirán una y otra vez en infinidad de servidores.
Nada es eterno. Ni la memoria de los que se fueron. Hasta las lápidas han de ser limpiadas de vez en cuando. Muy posiblemente, de nosotros, sólo quedarán las fotos que nos robaron. Que se repetirán una y otra vez en infinidad de servidores.