¿No os ha pasado alguna vez que cuando veis el proceso de fabricación de un objetivo, desde la fusión del vidrio, el tallado y pulido de las 10 o 20 lentes que lo componen, y el ensamblado micrométrico, pensáis, otras, si el precio lo pusiera yo los cobraría entre 10 a 100 veces más caros?
Pues bien, lo mismo me ha pasado este año con la coca de San Juan. Este año me empeñé en que la teníamos que hacer en casa. Esa la primera vez.
La hicimos el día anterior, el 22. Mi mujer y yo nos metimos en la cocina a las 9 de la mañana y la coca, con sus 4 fermentaciones estaba terminada a las 5 de la tarde. Si no estás acostumbrado decir que el proceso es laborioso es quedarse corto.
Hicimos dos, una de fruta y piñones y otra de crema pastelera.
Nos las comimos ayer y salió muy buena, pero por el trabajo que da me temo que no volveremos a repetir, y si, nunca más me oiréis decir que la coca es cara, palabra de político. Amén.
A partir de ahora me miraré a los horneros y pasteleros con muchisimo más respeto, lo juro.
En internet hay miles de recetas, pero nosotros usamos esta.