Estoy seguro de que yo soy un misántropo, soy un lobo solitario, quizás por eso soy paisajista.
No suelo incorporar a personas en mis encuadres, normalmente me molestan. A veces tengo la tentación de incluir a alguien como “atrezzo”, pero la gente no suele estar por la labor y nunca se sitúa donde debe estar, así que lo dejo para otra vida. Yo cuando estoy bien es con mi mujer, después solo, luego con uno o dos amigos, las multitudes, y sobre todo una reunión familiar son para mi lo más parecido para mí a un viaje turístico por el noveno círculo del infierno.
Por eso huyo cual si hubiera visto la sombra del un político asomando por una esquina de todo lo que huela a retrato o fotografía callejera, y eso que cuentan con toda mi admiración. Yo soy incapaz.
Para todo lo demás:
Pienso, que como en el lenguaje, las personas son el sujeto, luego está la acción y los complementos. Mis fotos de paisajes me quedan sosas cuando no hay algo/alguien haciendo nosequé. Las uso como fondos de pantalla para mis diferentes chistes
Es verdad que con los nuevos tiempos, procuro que, si salen personas, estas aparezcan de espaldas. Lo que es un rollo.
Si pudiésemos fotografiar a los seres humanos con naturalidad, no me surgirían tantas dudas.
A este paso, también regularán fotografiar animales y habrá que pedir permiso y firmar un consentimiento para que salga un gato en nuestras fotos.
Tal y como se están poniendo las cosas con la ley del maltrato animal y su bien estar ( que yo la veo bien ) , va a ser que el gato tendrá, o no a bien firmarte su consentimiento para que la fotografíes. No olvidemos que el hecho ( según se oye por ahí, ) de matar una rata que se haya podido colar en el domicilio nos puede costar un egg, y parte del otro huevo 🙂
O nos pasamos, o no llegamos. Con las personas haciendo foto callejera / o como ahora se estila decir » street» de los c…es ), no sería la primera vez que una menda que estaba casi en el quinto pino, me ha hecho borrar una fotografía en la que pese a la distancia y demostrándole que ni aumentando en la pantalla de la cámara, ni ella misma se reconocía, he tenido que hacerlo por no oirla.
Una vez me dijo un notable coleccionista de fotos, al enseñarle umas maravillosas fotos antiguas:
Sin personas son solo piedras, la foto no vale.
El coleccionista tiene también fotos sin penosas, yo las vi en su archivo, pero desde luego que son la minoría.