El Dios Google, que es el vengativo y soberbio Dios del Antiguo Testamento, está preparando un nuevo diluvio universal que esta vez concentrará toda su ira en la zona de París asegurándose de que las aguas, que esta vez no será H2O pura sino H2SO4 puro, lleguen a la punta de la antena de la Torre Eiffel. Ah, y esta vez no habrá plano de Arca salvadora alguna.
El objetivo es que los malvados técnicos que aún quedan en DxO Mark no vuelvan a cometer la insoportable bellaquería de condenar a la última criatura divina al puesto 28 de la clasificación general. Ningún Dios que se precie puede tolerar una afrenta de semejante magnitud.
Si os queda alguna duda.