Vamos a jugar a un juego de rol: imagínate que eres un licenciado en medicina que está haciendo el MIR en Neurocirugía, y estás empeñado en sacarte el doctorado con un estudio sobre las buenas ideas en la mente de un político.
Para ello dispones de un buen surtido de políticos que, tan intrigados como tú mismo, se han prestado voluntariamente a que les saques la tapa de los sesos y busques afanosamente alguna buena idea entre las circunvoluciones de su materia gris.
Imagínate que, aunque sea por pura casualidad, encuentras una. ¿No vas a inmortalizar la proeza con una selfie con la neurona afectada? Naturalmente que si, ¿no?
Pero, ¿con que cámara vas a pasar a la posteridad? Las cámaras están repletas de virus y bacterias, pelusillas e inmundicias que comprometen la salud del espécimen examinado y despanzurrado en la mesa de operaciones. ¿Qué hacer?
Aquí es cuando el Sr.Olympus ha tenido la peregrina idea de construir una carcasa submarina que no es submarina pero que en cambio se deja hervir en un autoclave para dejarla totalmente desinfectada y libre de bichitos. Dentro de ella podrás alojar una Olympus TG-6 y en cuanto la encierres el conjunto quedará perfectamente desinfectado y apto para entrar en un quirófano y fotografiar el efímero evento.
El por qué el Sr.OM System ha hecho una carcasa quirófana para la diminuta TG-6 en lugar de hacerla para una flamante OM-1 es algo que a mi se me escapa por completo, así que aquí os dejo con la duda.
Como recordatorio, esta es la Olympus TG-6